lunes, 2 de agosto de 2010

El Duque


El Duque

Ayer se murió el Duque.

Estaba viejo y enfermo. Sus ojos carecían de brillo y jadeaba por todo.
Anoche bajó el “raco”, ése cálido viento cordillerano y noté que el Duque ladraba más que otras veces.

Lo miré desde mi ventana y ahí estaba perdido en el infinito. Erguido y soberbio, como en sus mejores tiempos, le daba la bienvenida al viento y éste mismo fue quien se lo llevó.

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