lunes, 19 de julio de 2010

Yo no puedo contar ovejas


Yo no puedo contar ovejas!!! Me da hambre!!!

Las imagino muy gordas con ese traje de algodón y con cara de tontitas que no me aguanto las ganas de morderlas y darme una comilona con ellas.

Decía Lobito Feroz a su madre la señora Feroz y ella, con paciencia, le respondía:

Entonces trata de contar estrellas para quedarte dormido.

Imposible, madre mía. Decía Lobito. Porque empiezo con una, dos, tres y se van juntando y comienzo a imaginarlas todas juntas y adivina qué?

Qué? Dice su mamá

Así todas juntas  parecen ovejas, gordas, lanudas, con cara de tontas y para colmo: brillantes y más hambre me da.

Trata de poner la mente en blanco. Le dijo el señor Feroz , su padre.

En blanco? Blanco cómo las ovejas? Tssss No, padre querido. No hay caso conmigo, estoy condenado a no dormir por las noches por mis ganas de atrapar a las ovejas.

Y si te haces vegetariano? Le dijo la gran señora Feroz, su abuela que como ya no tenía dientes encontraba que era la mejor solución.

Es que nunca he sabido de alguien de nuestra especie que sea un come hojas.

Tienes que buscar alguna solución. El no dormir te va a hacer daño y apaga la luz pues nosotros sí que tenemos sueño. Ha sido un día agotador. Hemos hecho muchas cosas durante el día y no nos hemos pasado todo el día pendiente de una sola. Le dijo el papá Feroz bastante molesto.

Pues intentaré contra piedras, dijo Lobito y comenzó: una piedra, dos piedras, tres piedras en la pradera, cuatro piedras en la verde pradera, cinco piedras en la verde pradera llena de ovejas…

¡No puede ser!

A donde vas, hijo mío? Le preguntó su madre al verlo parado en la entrada de la cueva.

A la pradera, madre querida. Dicen que el aire fresco que toman las ovejas hace bien para dormir.

No hay comentarios:

Publicar un comentario